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Ricardo Villanueva, a doctor who worked for three years in a hospital in Andorra, has filed a complaint against the government of the Principality. The doctor claims that people have been refused entry to the country for various health reasons: HIV, hepatitis, diabetes, myopia, obesity, anxiety and deafness.
‘The objective is purely economic, as vulgar as that’, he denounces, adding: “an HIV-positive patient is going to be an economic burden for them in the future, and for an obese patient the capacity to develop illnesses is going to be much greater, which is going to have repercussions on their coffers”.
In this sense, the doctor highlights a fact: ‘The average life expectancy in Andorra is 90 or 91 years, more than anywhere else in Europe, this is due to the fact that “sick, no thanks”’. ‘When they have an illness or whatever, the Andorran service automatically takes away their residence permit, and if they don’t have a residence permit, they have to go to their country of origin,’ he laments.
Moreover, Villanueva assures that ‘this situation has not changed nowadays’, according to what he has heard ‘from doctors who continue to work in Andorra’, to which he adds that ‘what has happened is that there is better surveillance in the flow of data referring to these problems’.
La denuncia de un médico al Gobierno de Andorra por la “grave violación de los derechos humanos” de los servicios médicos de inmigración
Ricardo Villanueva, un médico que trabajó tres años en un hospital de Andorra, abandera una denuncia contra el Gobierno del Principado. El doctor asegura que han denegado la entrada al país por diferentes cuestiones de salud: VIH, hepatitis, diabetes, miopía, obesidad, ansiedad o sordera.
“El objetivo es meramente económico, así de vulgar”, denuncia, tras lo que añade: “un paciente seropositivo va a ser para ellos el día de mañana una carga económica y para un paciente obeso la capacidad de desarrollar enfermedades va a ser mucho más amplia, con lo que eso va a repercutir en sus arcas”.
En este sentido, el doctor destaca un dato: “El promedio de vida en Andorra son 90 o 91 años, más que en ninguna parte de Europa, esto es debido a que ‘enfermos, no gracias'”. “Cuando tienen una enfermedad o lo que sea, automáticamente el servicio de Andorra les quita el permiso de residencia, y si no tienen permiso de residencia, tienen que irse a sus países de orígenes”, lamenta.
Además, Villanueva asegura que “esta situación no ha cambiado en la actualidad”, según lo que le llega “por parte de médicos que siguen trabajando en Andorra”, a lo que apostilla que “lo que ha ocurrido es que hay una mejor vigilancia en los flujos de datos que hacen referencia a estos problemas”.